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miércoles, 8 de septiembre de 2021

¿Se puede cantar el Ave María en Misa?



     Este día la Iglesia celebra la Natividad de Nuestra Señora y quisiéramos aprovechar la oportunidad para tocar un tema que suele ocasionar confusiones en no pocos coros y uno que otro ministro ordenado.

    Nos referimos al canto del Ave María dentro de la Misa. Existen no pocas personas entendidas en liturgia que de manera enfática sostienen que, siendo la Misa una celebración Cristocéntrica, no existe en ella lugar para cantos a Nuestra Señora, específicamente para el Ave María; lo anterior debido a que, atendiendo a la índole del momento, el canto de entrada sólo puede hablar de convocatoria, asamblea, Iglesia, camino en común; el canto de ofertorio únicamente debe tratar de pan, vino, ofrenda, presentación de dones; y el canto de comunión debe ser exclusivamente eucarístico, luego, la única opción posible, es cantar algo a María a la salida, debido a que ese canto es un agregado que no contempla la liturgia.

    Y no es verdad, al menos no absolutamente. La Instrucción General del Misal Romano (IGMR) establece las pautas para la elección de los cantos del propio de la Misa, y al hablar de los cantos de entrada, ofertorio, y comunión, remite (antes incluso que atender a la índole del momento litúrgico) al Graduale Romanum como primera opción y al Graduale Simplex en segunda opción: Se puede emplear, o bien la antífona con su salmo como se encuentra en el Graduale Romanum o en el Graduale simplex” (IGMR 48). Ambos son el compendio de los cantos gregorianos que la Iglesia propone para todas las Misas del año; el primero, como opción para coros con mayores capacidades musicales e interpretativas, y el Graduale Simplex, como su nombre lo indica, con versiones más sencillas de los cantos para coros y comunidades más modestas.



       Si revisamos ambas opciones, encontraremos que en las Misas propias de la Virgen (Solemnidades, festividades, Celebraciones de Santa María en sábado) la antífona del Ofertorio es el “Ave María” y la antífona de Comunión es “El Magníficat” ambas en sus versiones gregorianas. Lo mismo sucede en el Gradual Simplex: el Ave María se propone en su versión simplificada (muy bella por cierto) cantada a manera de estribillo acompañando al salmo 84: “Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor habitará en la tierra…” y es que el Misterio de María, Virgen y Madre, es prenda y anuncio de la salvación prometida por Dios, como lo escribe la Venerable Sor María de Jesús de Agreda, Dios quiso que Nuestra Señora fuera concebida y naciera para obligarse a acelerar y cumplir la promesa de enviar al Salvador. Por eso es muy propio que el Ave María acompañe el salmo que anuncia los signos propios del tiempo mesiánico: “La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron, la fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo”.

    Cabe aclarar que estamos hablando de la versión gregoriana del Ave María, si queremos introducir una versión diferente, habría que revisar tanto el texto como la melodía de dicha versión musicalizada, para verificar que sea apta para utilizarse en la litúrgia (vamos, no vayamos a utilizar cualquier canto sólo porque dice "Ave María"). 

   De igual forma, el canto del Magníficat para el momento de la Comunión es apropiado en las festividades de Nuestra Señora, considerando que, al celebrar a los santos, en definitiva celebramos la santidad de Dios reflejada en ellos, a su vez, atendiendo que el Magníficat no es un canto de alabanza a María, sino un canto de alabanza a Dios, podemos concluir que, con su canto, pedimos a Nuestra Madre sus palabras para bendecir a nuestro Señor.


   
    De manera que, sí, se puede cantar el Ave María y el Magníficat en las Celebraciones Eucarísticas de Nuestra Señora y lejos de ser incorrecto, por el contrario, es propuesto por la misma Iglesia según los libros litúrgicos vigentes como la opción ideal para cantar durante la Presentación de ofrendas y la Comunión de las fiestas marianas.