¿Buscas algo en especial?

lunes, 25 de julio de 2011

El día de los abuelos

Hoy es 26 de julio, celebramos en la Iglesia la festividad de San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María y por consecuencia, abuelitos de Jesús.
El protoevangelio de Santiago recoge algunos detalles respecto al nacimiento de Nuestra Señora (éste es un libro apócrifo escrito alrededor del año 150, recordemos que por la poca fiabilidad de sus escritos, en algunas ocasiones llegando al límite de la fantasía, los libros apócrifos fueron desestimados como Palabra de Dios y no se integraron al canon bíblico, sin embargo algunos detalles incluidos en ellos, pueden darnos alguna referencia, ya que recogen algunos datos fidedignos y basados en tradiciones verdaderas, aunque sea difícil determinar qué elementos son ciertos y qué elementos son fantasía).
Nos relata el libro antes citado cómo San Joaquín y Santa Ana no habían podido tener hijos, ante tal situación (debido a que entre los judíos la falta de descendencia era considerada como una prueba de desaprobación por parte de Dios) Joaquín y Ana imploran al Señor que levantara la maldición de la esterilidad que los mantenía sin descendencia, prometiendo que el hijo que les diera lo consagrarían a su servicio.
Sus plegarias fueron escuchadas y un día Santa Ana recibe la visita de un ángel que le anuncia: “Ana el Señor ha visto tus lágrimas; concebirás y darás a luz, y el fruto de tu seno será bendecido por todo el mundo...”
Sea fidedigna o no esta historia, la Tradición de la Iglesia (tanto en Oriente como en Occidente) ha reconocido desde antiguo en estos dos santos a los padres de nuestra Señora, celebrando su fiesta el día 26 de julio.
Motivo por el cual se consideran patronos de los abuelos, y por ende este día reconocemos el valor fundamental que tiene dentro de la familia la figura de esos “cómplices” de los pequeños.
Hay un dicho que reza que “los extremos se tocan”, y en la relación entre nietos y abuelos parece demostrarse la verdad de esta afirmación. ¡Es increíble la fuerza del cariño que existe entre ambos!  y que crea a veces un contrapeso respecto a la figura de los padres que a veces estamos obligados a mostrarnos duros e inflexibles ante nuestros niños en pos de su educación, mientras los abuelos (consentidores y permisivos) son el lado amable y bondadoso de la figura paterna... y materna.
No son pocas las veces en la que el padre le recrimina al abuelo el dejar que el niño “se salga con la suya”  sobre todo porque recordamos que cuando fueron nuestros padres, esos abuelos consentidores de hoy eran inflexibles con nosotros y queremos verlos iguales con nuestros niños... “los niños son amansa abuelos” dice el refrán y es verdad, la función de los abuelos ya no es educar a los nietos, eso nos toca a nosotros los padres, ellos deben ser la imagen amorosa de un Dios paciente, que los acoge siempre y que los ama incondicionalmente entendiéndolos y aceptándolos como son; ellos son la memoria y la dignidad del pasado y del presente, expresados en el amor de un abrazo , un consejo o una maravillosa historia contada entre dulces, galletas y chocolate.
¡Dichoso el niño que tiene a sus abuelos!, yo tuve la gracia de conocer a mis dos abuelos paternos, Dios los tenga en su gloria y pueda verlos de nuevo en el cielo... aunque no me corre prisa por lo pronto, pido constantemente por mi abuela materna que aunque no la conocí debió ser una santa por la forma en la que educó a mi madre, ¡cómo les quisiera dar un beso!... algún día.
Mientras tanto, mis hijos tienen la dicha de tener todavía a tres de sus abuelos, a quienes quieren como enanos, Dios quiera que pasen mucho tiempo con ellos todavía, pues son los abuelos la clara referencia del valor de la sabiduría, del trabajo, del cariño incondicional, y del desgaste generoso por los demás día con día.
¡Dios bendiga a los abuelos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario